Revisando por la web me encontré con el blog de Nicolás Hidrogo Navarro, quien afirma que no existió literatura lambayecana, sino literatura regional hecha,
editada y difundida en Lambayeque. Los elementos simbólicos como el
huerequeque, la chilala y la iconográfica muchik, no se
encuentran presentes en la constante temática de los poemas, cuentos,
novelas , sino como elementos
referencialmente artificiales, no vivenciales.
Nicolás Hidrogo Navarro nos dice además que "la cultura Lambayeque no registra hasta la actualidad una
evidencia científica de lengua escrita, sí hablada, el muchik".
Las leyendas de: “Naymlap”, recogido por Miguel Cabello Balvoa en su
Miscelánea Antártica, “El Origen del Algarrobo”, “Ninamasha y
Pachacamac”, “La Rebelión de las cosas”, “Leyenda de Aka Fala”; y el
mito de “El dios Kon”, constituyen expresiones auténticas literarias
del periodo prehispano Lambayeque y que gracias a la tradición oral y la
recopilación de las fuentes orales de los cronistas conquistadores, nos
ha llegado a nosotros envuelto en una nueva lengua avasalladora: el
castellano.
La literatura lambayecana, como la peruana en general, también fue un
proceso de imposición, remedo y continuación de la tradición hispana.
Lambayeque fue sólo un apéndice del centralismo del virreinato peruano.
Los primeros escritos que se produjeron, sin tener el rigor de literatura
fueron los escritos notariales y los inventarios de los mismos
españoles. Registros históricos que tenían una mezcla de documentos
jurídicos, informes administrativos, memorandos judiciales, anecdotarios
políticos, sociales, religiosos y económicos.
Es recién afines del siglo XIX que surge una literatura en Lambayeque
propiamente dicha, entremezclada con el ensayo político, el pasquín
sindical y el editorial periodístico.
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Alexis
